Durante
algunos días un barrio gitano cerca de Atenas fue el escenario (en secreto) de
un pogromo antigitano, sin provocar ningún escándalo ni ninguna indignación en
la comunidad internacional.
La
situación de los gitanos en Grecia alerta e indigna desde hace mucho tiempo al
medio asociativo europeo, que no para de llamar al orden al país en lo que
concierne a los derechos de los gitanos que viven en su territorio. La misma Unión
europea ha intentado muchas veces reclamar más justicia para la comunidad
gitana de Grecia. Hay entre 200000 y 300000 gitanos en Grecia y son la minoría
más estigmatizada del país. Sufren discriminaciones en todos los ámbitos de su
vida: educación, vivienda, trabajo, salud… Son también el blanco de muchas
formas de violencia racistas a la vez físicas y verbales por parte de la
población y de las autoridades oficiales.
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El
pasado jueves 8 de junio, un joven 11 años fue asesinado por una bala perdida
durante una demostración de gimnasia al aire libre en su escuela. Más de 250
policías han participado en la búsqueda de pistas sobre la muerte del joven.
Según la investigación, el principal sospechoso fue un joven gitano de 23 años
que habría hecho un disparo al aire. Fue arrestado el sábado 10 de junio. Al
día siguiente se hicieron manifestaciones: aproximadamente 200 personas bajaron
a la calle para protestar contra la muerte del joven. El lunes 12 de junio, los
vecinos atacaron el barrio gitano de Menidi, al norte de Atenas (de donde era
originario el autor de crimen) y causaron graves daños en las casas (2 casas
fueron quemadas con cocteles molotov). Según los vecinos del barrio, el ataque estaba
justificado porque dicen que el barrio se ha vuelto peligroso por las actividades
criminales de los gitanos que viven allí y especialmente “por las bandas de gitanos vendiendo droga”. La policía rechazó a la
multitud con gas lacrimógeno. El martes, la multitud ha seguido con las
protestas delante del ministerio de protección para los ciudadanos. Y todo eso ha
ocurrido en un clima de indiferencia general… Los medios tradicionales europeos
no parecen transmitir la información y solamente los grupos afines hablan de
ello.
No
niego que la muerte de un joven por una bala perdida es un tragedia, pero a
pesar de eso, ¿hace falta cubrir de oprobio a toda una comunidad porque uno de
sus miembros es un criminal? Este linchamiento de toda una comunidad por la
multitud hace pensar en el pasado reciente de Europa, los pogromos étnicos que nos
parecía que pertenecían al pasado. Además, el silencio en el entorno de este
tipo de violencia hacer pensar que a nadie le importa la situación de los
gitanos de Grecia.
Pauline Cherbonnier
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