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Los gitanos de Turquía

Según Ali Arayirei (doctor en ciencias humanas y profesor de universidad), los gitanos en Turquía son considerados como “los olvidados” del país.

Sobre el imperio otomano
La primera prueba de la presencia de los gitanos en Bizancio data del año 1280. A finales del siglo XIII la región de los Balcanes estaba bajo la dominación otomana. El imperio otomano (1299-1922) fue un imperio controlado por los turcos y ocupó más de 5 millones km2 durante su edad de oro en el siglo XVI.
En este imperio los gitanos fueron considerados como ciudadanos. Sin embargo, ocuparon un lugar aparte en la estructura social y administrativa global del imperio. La población estaba dividida en dos: los “verdaderos” creyentes (los musulmanes) y los infieles (que practicaban otra religión, en su mayoría cristianos). La diferencia principal de estos grupos era que los infieles debían pagar un impuesto. Los gitanos constituyeron un grupo a parte por razón de origen étnico: cualquier gitano debía pagar el impuesto, tanto si era cristiano como si no (había una gran mayoría cristiana, pero con el paso del tiempo muchos se convirtieron al islam). Referente a este impuesto, el problema principal de las autoridades otomanas en cuanto a los gitanos fue su nomadismo: las personas que viajaban eran vistas como personas que se las arreglaban para no pagar el impuesto. Mientras, hubo muchas tentativas de sedentarización de los gitanos, aunque estos siguieron conservando su modo de vida semi-nomada y ocupando sus profesiones tradicionales: músicos y herreros.
El estatuto jurídico de los gitanos en el impero otomano fue más favorable que en toda la Europa de la época: “El imperio otomano fue arcaico, feudal y teocrático, pero constituyó una sociedad multicultural, multinacional, plurireligiosa, multilingüe, multiétnica y multirracial, un mosaico de personas viviendo juntos en paz y respecto por sus diferencias” (Ali Arayirei, Los olvidados de Turquía: los gitanos). Durante los 6 siglos que duró el imperio otomano, no hay constancia de humillaciones o discriminaciones. El imperio tenía una tradición de acogido de las minorías perseguidas en Europa.

Sobre la Republica de Turquía
La situación de los gitanos de Turquía cambió radicalmente a partir de 1922, cuando cayó el imperio otomano. Según la Constitución del Estado de Turquía promulgada en 1982, y su principio de igualdad frente a la ley, no se puede obtener ningún tratamiento particular en favor o en detrimento de un ciudadano, cualquier que sea (artículo 10, línea 1: “Todos los individuos son iguales frente a la ley, sin distinción de lengua, de raza, de color, de sexo, de opinión política, de creencia filosófica, de religión o de confesión, o de cualquier distinción sobre consideraciones similares” y línea 4 :”No se puede acordar un privilegio a un individuo, una familia, un grupo o una clase, cualquiera que sea”). De esta forma, el Estado no reconoce la presencia de minorías en su territorio y por tanto los gitanos no fueron reconocidos como una minoría con protección legal: eso les impide defenderse o que les defiendan frente a las discriminaciones. Esto representa el principio según el cual las diferencias étnicas, culturales, lingüísticas o religiosas no conducen necesariamente a la creación de minorías. De esta manera, como Turquía no reconoce a sus minorías, no tiene ninguna obligación jurídica de acatar los tratados internacionales.

Se piensa que hoy en día hay aproximadamente entre 500 000 y 700 000 gitanos en Turquía, pero según Ali Celikbilek (representante de los gitanos de Turquía por el Comité Internacional de los gitanos) hay casi 5 millones de gitanos. El problema es que esconden sus orígenes a causa de la imagen negativa que se tiene de ellos.

Los gitanos de Turquía son mayoritariamente de religión musulmana, aunque también tienen su cultura y sus tradiciones. La mayor parte vive en Anatolia occidental, en Tracia y en las regiones de Mármara y del mar Egeo. Los Dom y los Lom viven, sobretodo, en el sureste y el este del país. Los gitanos viven a menudo en barrios de chabolas alrededor de las grandes ciudades.

Los problemas más serios que sufren los gitanos de Turquía son las discriminaciones y el odio racial.
Los gitanos de Turquía sufren discriminaciones en todos los ámbitos de su vida cotidiana. Hacer Foggo, miembro del Observatorio por los Derechos Humanos, resume: “esta minoría sufre de una marginalización y de una exclusión que toca todos los aspectos de su vida. En Turquía, como en todo el resto de Europa, las dificultades principales que encuentran los gitanos conciernen al empleo, la vivienda, la educación y la salud. En cada uno de estos dominios sufren diferentes formas de prejuicios. Cuando por ejemplo uno de ellos pide trabajo, por el simple hecho de vivir en un barrio como Sulukule o Sangöl (los dos zonas de Estambul donde la población es mayoritariamente gitana), eso es una prueba de su pertenencia a este grupo étnico,  así que es una razón suficiente para no estar en contacto”.
El racismo contra los gitanos de Turquía es muy visible en la lengua. En Turquía, muchas expresiones utilizan la palabra gitano (Çingene)  y tienen una connotación negativa: “ser un gitano” (Çingeneleşmek: ser tacaño); “altercado gitano” (Çingene kavgası: un altercado) y mucho más… Estas expresiones y muchas más fueron escritas en dos diccionarios turcos financiados por el gobierno.

Esta atmósfera discriminatoria es visible en las palabras del antiguo ministro turco de justicia, Mahmut Esat Bozkurt, que dijo el 16 de septiembre de 1930: “el turco es el único señor, el único señor en este país. Los que no tienen origen turco tienen solamente un derecho en este país: el derecho de servir, el derecho de ser esclavos”.

Algunas voces se elevan en Turquía para denunciar y protestar contra los actos de racismo y contra la discriminación. Como por ejemplo Istuan Kemeny:”es la mentalidad lo que hay que cambiar, pues su manera de pensar imputa a los más desfavorecidos la responsabilidad de su miseria”.

La solución podría pasar por la educación y la lucha contra el analfabetismo. En Turquía las lenguas de las minorías están prohibidas desde 1920 (con excepción de algunas lenguas de minorías no musulmanas). Como los gitanos están considerados como musulmanes, tienen la obligación de aprender el turco. En el ámbito educativo la lengua oficial es el turco, pero como muchos gitanos tienen dificultades para acceder a la educación, en la práctica muchos no saben ni leer ni escribir el turco. En Turquía la lucha contra el analfabetismo empezó en 1923, pero la mayor parte de las personas de más de 50 años son analfabetas. Esta cifra baja al 40 - 50% de las personas de menos de 50 años.

Por todos estos motivos, desde el establecimiento de la Republica la situación de los gitanos de Turquía es difícil. Se puede pensar que la reforma constitucional prevista para este año no arreglará la situación. Además, la deriva autoritaria del presidente Recep Tayyop Erdogan augura un futuro más oscuro para toda la población, incluso las minorías que siguen viviendo en las sombras. 

Pauline Cherbonnier

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