En Francia la populación gitanas es
aproximadamente entre 15 y 20 000 personas. Los gitanos son de nacionalidad diferente:
rumana, búlgara, checa, eslovaca, húngara, moldava o de los países de ex Yugoslavia
(Serbia, Croacia y Kosovo). La mayoría de ellos emigró durante los años 90,
después de la caída de los regímenes comunistas. Ellos son considerados como
clandestinos en el territorio francés y tienen muchas dificultades para
integrarse.
La integración a la
sociedad es muy difícil porque en Francia los gitanos son víctimas de muchas
discriminaciones y estigmatización. Ellos están estigmatizados por las
autoridades y son víctimas de violencias racistas. Ellos son discriminados a
causa de sus orígenes y de su estilo de vida. Los gitanos franceses itinerantes
o mitad itinerantes son víctimas de políticas discriminatorias especialmente durante
la primera parte del siglo XX (por ejemplo con la ley del 16 de Julio de 1912 el
Estado distingue entre los “nómadas” y los otros franceses e instaura el “carnet
anthropométrique” para identificar y vigilar los desplazamientos de los
gitanos; o el poco conocido internamiento en los campos en Francia durante la
segunda guerra mundial).
Actualmente los problemas de
discriminaciones son siempre de actualidad. Los gitanos no tienen las libertades
más importantes: la libertad de ir y vuelta (los gitanos deben obtener una
libreta de circulación), la libertad de instalación (obligación de tener una
dirección), y los derechos económicos, sociales y culturales (sin respetar la
ley Besson del 5 de Julio de 2000: esta ley obligado los comunes a construir
una área de acogida para la gente itinerante).
El problema más importante para ellos
concierne las viviendas. Viven al lado de la sociedad y la mayoría de ellos (los
gitanos no itinerantes) viven en los barrios de chabolas que se llaman campos y
que son ilegales. Desde algunos años el estado francés quiere demoler los
campos de los gitanos. En 2015, 11 128 personas han sido expulsadas de 111
lugares de residencia. Solamente en 29 veces el estado propuso otras viviendas
pero solamente de manera temporal (por algunos días solamente). Los demás fueron
dejados en la calle.
Es difícil de acceder a los
servicios de salud. La vida en los campos es difícil porque en la mayoría de las
veces no hay agua, no hay sanitarios, y no hay recogida de los desecho. La propagación
de las enfermedades es rápida especialmente con los jóvenes niños. La mayoría de
ellos no puede obtener una cita con un médico. Los que están sin permiso de
residencia y viven desde tres meses en Francia pueden obtener una cubertura medíca
que se llama “Aide medicale d’Etat”. Pero, esta ayuda necesita una domiciliación
en un centro comunal de acción social, o un centro intercomunal de acción
social o un organismo (por ejemplo algunas asociaciónes).
En esta situación es muy difícil
para los niños ir a la escuela y estudiar en buenas condiciones. Muchos padres
no quieren enviar los niños a la escuela porque no pueden darle duchas y tienen
miedo que los otros se burlan de ellos. Igualmente muchos niños son
traumatizados por las expulsiones y las frecuentes visitas de la policía en los
campos.
El problema de la vivienda comporta
también el problema de buscar un trabajo porque vivir en la calle contribuye a una
mayor estigmatización en el mundo de trabajo.
Al final, todas las
discriminaciones contra los gitanos engendran la situación de pobreza en la
cual viven los gitanos franceses.
Campement informel à Villeneuve-le-Roi 2012© Amnesty International |
Fuentes principales y más información
sobre este dominio:
Amnesty International France : http://www.amnesty.fr/sites/default/files/Rapport_Expulsions_forc%C3%A9es_de_roms_en_France_260913.pdf
Película sobre la situación de
los gitanos en Francia: Ionas Nuguet, Spartacus & Cassandre, 2014
Pauline Cherbonnier
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