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La experiencia de Gabriela Marques en la conferencia Putren Le Jakha - Open Your Eyes

No era la primera vez que pisaba en tierras checas. Dos meses después de visitar el país para rever amigos, vuelvo ahora para conocer una nueva ciudad y con un objetivo diferente. El clima ya no era el mismo y el frío nos recibió en Ostrava a las 2 de la mañana más o menos. Yo y más 5 colegas llegábamos en la tercera mayor ciudad de República Checa para participar de la tercera edición del Putren Le Jakha – Open Your Eyes!

Los grupos de los otros países ya estaban en el hotel y en la mañana siguiente nos conoceríamos en juegos que muchos participaban con voz baja y timidez en la mirada. Aunque el intento fuera que aprendiéramos los nombres unos de los otros, sólo al final de los cinco días de conferencia sería posible reconocer los más de 40 rostros participantes. A cada actividad nos acercábamos más, nos conocíamos y, porque no decir, creábamos un lazo de afecto.

Días antes de empezar la conferencia me preguntaba cómo iba a comunicarme con los demás, ya que mi nivel de inglés es muy bajo. La respuesta fue la solidaridad. No sólo de los compañeros de España que nos ayudaban a traducir lo que no entendíamos, sino también con todos los otros. La paciencia en repetir y hablar la misma cosa otra vez más, quizás 3 veces más, y el esfuerzo en comprender el inglés mal hablado fueron los combustibles para el intercambio proporcionado por Putren Le Jakha.

La lengua no es una barrera cuando el objetivo es común. El idioma no es un empiecillo cuando se tiene las manos, la internet y la sonrisa en el rostro. Y fue así que pude ayudar como mediadora en el Workshop Press Conference. Al lado de Johanna Neje pudimos preparar con 6 participantes un press release, además de planear y ejecutar la press conference de la tercera edición del Putren Le Jakha.

A cada día nos conocíamos más y en los intervalos de las actividades era posible escuchar un poco las historias de los jóvenes que estaban allí reunidos. Saber que aquella era la primera vez que uno de ellos salía de su país confirmaba la importancia de proyectos como este. Nada mejor para comprender los prejuicios y luchar contra ellos que conociendo la diversidad que hay en el mundo. La convivencia que tuvimos durante todo el día también nos ayuda a respetar el otro y su espacio.

Otro hecho importante del proyecto es la oportunidad que los jóvenes, especialmente los gitanos, tienen de liderar las actividades, asumiendo la responsabilidad y el protagonismo en la lucha contra el antigitanismo. La palabra “empoderamiento” no está de moda por acaso. Nadie mejor que las personas a quien se dirige el prejuicio para construir caminos para combatirlo. Sólo ellos saben qué significa escuchar un extraño en la estación de tren llamándoles gitanos, como si esto fuera un problema.

La oportunidad de conocer estas historias, como la de las mujeres víctimas de esterilización forzada en República Checa, sólo me enriquece como persona, como periodista y como investigadora. No dejar que estos relatos se pierdan es una forma de mostrar que aún hay mucho para hacer en el combate al antigitanismo. La lucha es diaria y debe ser llevada a cabo en todos los espacios posibles.

Mi participación en Putren Le Jakha es una experiencia más de todo lo que estoy viviendo en Europa durante mi doctorado. Y seguramente la llevaré conmigo cuando vuelva a Brasil, con la esperanza de que otros brasileños tengan la oportunidad que tuve y que las luchas por justicia salgan victoriosas entre los gitanos, los negros, los indígenas, las mujeres, los musulmanes y todos los que sufren con el prejuicio construido desde una mirada colonial.

*Gabriela Marques es brasileña, periodista, profesora e investigadora en el Doctorado en Comunicació Audiovisual i Publicitat de la Universitat Autònoma de Barcelona.


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