Mientras
las protestas frente al Gobierno de Bucarest no se detienen por casi 2 semanas,
el centro dispone de un evento que parece no llamar la atención de nadie.
Es una
desalojo ilegal, en la oscuridad de la noche, en medio del invierno... 40
personas, de edades comprendidas entre 1 y 70 años han sido desalojados de un
edificio. Vivían en la calle Saints de Bucarest, en un edificio céntrico por el
cual el Ayuntamiento podría obtener mayores ingresos.
La
única motivación sobre el desalojo que han recibido es que el edificio no
reunía las condiciones de seguridad mínimas, y que con el desalojo les estaban
haciendo un favor.
El
caso es bien conocido, se repite una vez. Varias familias gitanas viven en un
edificio que data de 1910 y necesita consolidación. Los inquilinos que ocupan
las viviendas tenían contratos en regla con el Ayuntamiento y su dirección
consta en su documento de identidad.
En
2005, la ciudad se niega a prorrogar estos contratos de arrendamiento con el
argumento de que la propiedad está en riesgo de desplomarse y necesita mejoras.
Estas familias han continuado viviendo en el edificio puesto que el
Ayuntamiento no les facilito otro lugar. Mientras los inquilinos han realizado
mejoras en el interior pero el edificio continuo deteriorándose.
El
calvario comenzó cuando un inquilino advirtió a los bomberos de que un trozo de
pared empezó a caer. En su lugar llegó al edificio la Inspección Estatal de
Construcciones diciendo que el edificio era un peligro público. Pocas horas
después, la Policía Local comenzó a desalojar a todos los inquilinos a modo de
emergencia.
Uno de
los dos tenientes de alcalde de la capital, Aurelian Badulescu transmitió que
no quieren tener en su conciencia a las personas que habitan el edificio, pero
otro representante del Ayuntamiento del Distrito 2, alegó que en ese edificio vivían
delincuentes, narcotraficantes, violadores y ladrones.
Las
autoridades no proporcionan información fiable sobre el desalojo ya entrada la
medianoche en pleno invierno. El desalojo no se adecuó a las leyes vigentes que
no permiten desalojos en invierno y menos sin preaviso para realojar a los
ocupantes, que se quedaron en la calle.
Tras
la completa evacuación (en menos de dos horas), el edificio fue sellado y
custodiado por la policía, aun conteniendo las pertenencias de los ocupantes.
Las familias
desalojadas trabajan duro, y sus hijos van a la escuela, incluso a la guardería.
Los mayores de 18 trabajan también, pero con los salarios que reciben no pueden
salir de la pobreza.
Después
de mucha insistencia de algunas personas de ONG en la calle Saint apareció un
representante del Departamento de Protección Social de Bucarest. Las soluciones
temporales han sido adoptadas por los desalojados, sólo unos pocos de ellos han
aceptado ir a refugios a pasar la noche.
Mientras tanto, la mayoría sigue sentada bajo el cielo abierto frente al edificio del que fueron desalojados. Ellos fueron alojados en una iglesia en obras de la misma calle.
La
policía no les permitió entrar en el edificio, y del frío nadie les protegió. Uno
de los ancianos estaba enfermo de neumonía, y otro, sufrió un ataque de
nervios. Tampoco se encontró una solución a las pertenencias que permanecieron
en los pisos tapiados, ni a la necesidad de los niños de asistir a la escuela.
Si no se
han oído toda esta ola de protestas en los medios es porque a nadie le importa.
Y cuando se trata de gitanos, menos.
Otra noticia hace referencia a una “evacuación legal” en Bucarest, en la calle Eagles, la gente desalojada estuvo viviendo durante dos años en la acera de sus antiguas casas sin ninguna solución.
Como
de costumbre, no hay soluciones, los refugios no proporcionan las condiciones
necesarias para la vida, y el Estado no pueden proporcionar estas familias una
alternativa.
Por desgracia, lo que demuestra el estado, en este caso, y me refiero a las autoridades, es que puede que viole la ley, haciendo caso omiso de que en el período de diciembre a marzo hay desalojos sin decisión por escrito.
Toda
la acción se llevó a cabo verbalmente, sin notificación escrita en la práctica
que se realiza, el mismo sistema conocido, "la noche, como los
ladrones".
Bogdan Burdusel
source: www.dollo.ro
foto: dollo.ro
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