El 14 de
noviembre el Col·legí de periodistes de Catalunya nos acogió para celebrar una mesa redonda sobre el “tractament del poble
gitano als mitjans de comunicación”. Había diferentes participantes de
numerosas asociaciones, como la FAGiC, Kamira (asociación de mujeres gitanas), el CAC y la Mesa per a la Diversitat enl’Audiovisual, la Fundació privada Pere Closa y el
mismo Col·legi de periodistas.
El objetivo fue
hablar de cómo los medios de comunicación (televisión, radio, periódicos,
internet) informan sobre los gitanos. Fueron tratados numerosos temas. En la
presentación, Simón Montero (presidente de la FAGiC) insistió sobre la
necesidad de tutelar a los medios para que los derechos de los gitanos sean
respetados.
El objetivo es que nuestro pueblo se vea respetado en los medios
como cualquier otra persona o pueblo.Para entender la
situación, la Fundació privada Pere Closa contextualizó la historia de los
gitanos desde que llegaron a Europa. Esto es importante porque la historia
gitana siempre ha sido desconocida, siempre hemos sido marginados y en muchas
ocasiones obligados a renunciar a nuestras ropas tradiciones, costumbres, etc. Como
ejemplo, hace poco tiempo que la cultura gitana tiene su día, el 8 de abril, instaurado
después del primer congreso gitano en Londres en 1971. Para continuar salvando nuestra
memoria, la Fundació privada Pere Closa publica cuentos e historias gitanas. Es importante para los gitanos conocer su
cultura a través de otros medios diferentes a la televisión o la radio.
La
visión de la televisión y de las autoridades sobre nuestro pueblo influencia
mucho la imagen que se tiene de los gitanos, que son víctimas de estereotipos, y
es resultado de un “anti gitanismo” que no es otra cosa que el racismo más
institucionalizado y aceptado.Por estos
motivos, hay que suprimir esta discriminación, en primero lugar en los medios
de comunicación, que pueden influenciar la manera de definirse de los gitanos,
y también la manera en cómo la opinión pública les ve. Esos medios pueden ser
maniqueos, usando palabras exclusivas o estereotipos que marginalizan a nuestro
pueblo.
Además, la voluntad del sensacionalismo lleva a hablar siempre de
tráfico de drogas y violencia. Esta es la razón por la que los artículos tienen
que ser más críticos y acercarse un poco más al punto de vista de los gitanos.
Nunca se escucha la opinión de nuestro pueblo, que es muy poco representado en
los medios de comunicación.Según el CAC, la
presencia de actores gitanos en los programas de ficción es de 0, y no supera el
1% en las noticias. Esta ausencia se acompaña, además, de sensacionalismos y de
estereotipos.
El método del CAC es el de definir las palabras utilizadas para
hablar de los gitanos, con la intención de comprobar si realmente reflejan la
realidad. Los periodistas, además de las autoridades, tienen que ser sensibles
a las consecuencias de las palabras que utilizan. Elegir malas imágenes y títulos
generalizadores conducen al antigitanismo, el racismo más institucionalizado y
aceptado. Como recomendaciones, hay que contextualizar bien las informaciones y
es mejor evitar citar el grupo étnico y los estereotipos negativos.
Justine Delorme
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